Cuidado de tu cepillo

Los cepillos de cerdas naturales cuentan con un sinfín de ventajas frente a los elaborados con materiales sintéticos.

Podemos encontrar cepillos de cerdas para el pelo, así como también para el cuerpo o incluso para cepillar la ropa.

Por otra parte, cabe destacar que este tipo de cepillos requiere de unos cuidados específicos para mantener las cerdas en óptimas condiciones,

de este modo,  queremos explicarte con detalle cómo limpiar un cepillo de cerdas naturales.

Pasos a seguir:

Los cepillos de cerdas naturales pueden ir acumulando grasa, pelo, restos de piel muerta, polvo, etc, que deberán retirarse con frecuencia para evitar que esta suciedad pase a tu cabello o cuerpo.

Es por ello que la limpieza de las cerdas resulta indispensable para mantenerlos como nuevos durante el mayor tiempo posible.

  1. Cada vez que te cepilles deberás retirar los pelos que hayan podido quedar atrapados entre las cerdas. Quítalos directamente con la mano o ayúdate de un pequeño peine de púas para hacerlo.
  2. Lava las cerdas naturales de tu cepillo para conseguir que estas permanezcan siempre limpias. Para ello, te recomendamos usar un jabón neutro que evitará que estas puedan deteriorarse y tampoco las impregnará con aromas excesivos.
  3. Aplica un poco de jabón sobre las cerdas y sumergirlas en agua. Lo más común será que el mango de tu cepillo sea de madera, por lo que deberás evitar mojar este material excesivamente o podría rajarse e incluso pudrirse. Puedes ayudarte de un cepillo de dientes viejo para llegar a los rincones más difíciles de tu cepillo de púas naturales.
  4. Enjuágalo bien con agua tibia para eliminar los restos de jabón y conseguir así eliminar por completo la suciedad acumulada. Como te comentábamos en pasos anteriores, presta atención con el mango en caso de que sea de madera para no mojarlo demasiado.
  5. Por último, deja secar el cepillo de cerdas naturales boca abajo sobre una toalla o papel de cocina absorbente para que vaya cayendo toda el agua y se seque por completo. Es importante que el cepillo no retenga exceso de agua o se pudrirá y proliferarán gérmenes.

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